19 de enero de 2012

Algunos suburbios musicales

¿Está todo inventado en cuestiones de música popular? ¿Seremos capaces de trascender este carrusel de revivals al que estoy cogiendo una tirria horrorosa?

Dice Víctor Lenore que la crítica musical española tiende al clasismo y al machismo, que se fija poco en estilos populistas como la cumbia o el reggaetón, que son considerados como de segunda fila.  Lo que más me ha gustado siempre de LDNM es el enfoque político y sociológico con el que se abarcan los reportajes de música. Algo que después han sabido exportar con buen gusto y mesura al programa Mapa Sonoro algunos de sus integrantes.

Partiendo de muchas de las cosas que he leído en esta revista y en algunos resportajes de la sección Culturas de Diagonal, he recordado canciones de géneros poco transitados en este blog y que me han sorprendido o gustado bastante por la mezcla y los grados de experimentación y riesgo de las composiciones. No es que sea muy seguidora de estas corrientes, pero es cierto que festivales como Territorios, en ocasiones,  me han  descubierto un mundo nuevo de posibilidades (Aunque ahora traigan a Amaral en lo que parece ser el año de su redención indie).

Hoy os propongo algo así como prestar atención al underground del underground. Porque los pobre también bailan y la paradoja es que nuestra industria cultural importa esos ritmos: la cumbia, el funk de las favelas, el grime afrocaribeño, los  pasan  por el filtro occidental y los convierte en hype, en producto propio y con carácter 'original'.  Ejemplo: Deise Tigrona y cómo utiliza su música la que fuera considerada una revolución en el undergroun, M.I.A:

Deise Tigrona-Injesao (Mi favorita)





 El favela funk se ha vuelto cool en EEUU y Europa gracias a las sesiones de Diplo . Prueba discográfica son el Favela on blast o Favela strikes back. Festivales considerados gurús en la ascensión de los géneros musicales del futuro, como el Sónar, ya han acogido actuaciones de representantes  de este estilo como DJ Malboro.



Rock andino: La rasqa



No vamos a hablar en los contenidos de las letras, de las que sin duda se podría sacar  más de un análisis sociológico. Lo que sí me interesa es incidir en el carácter identitario de estos sonidos que experimentan con géneros populares de sus países como la chinga peruana o el porro colombiano. Muchos de esos ritmos provienen además de las culturas indígenas.

La sevillanía underground: remezcla cofrade y folclore activista

Ayer me topé con un reportaje de Silvia Nanclares titulado 'Se dice cervecita' de febrero de 2010. Y el otro día en clase de Construcción de la historia, el profesor nos puso 'Currito de la Cruz' (Sí, no pregunteis por qué). Un compañero mío me dijo que Sevilla era igual que hace 50 años. Sí, pero no. El texto de Nanclares es uno de los que, según mi punto de vista, mejor se plasma la idiosincrasia sevillana.


Sevilla es la ciudad en la que, si cayeras desde el hiperespacio, tardarías menos en averiguar dónde te encuentras. Vírgenes, cristos, cabezas de toros, pósters de Silvio o Camarón te darán las coordenadas. Porque si España huele a pueblo, Sevilla huele a bar. No huele a incienso, ni a azahar, ni a río, ni tiene un color especial: lo que tiene es una red de bares que como la estructura fractal sujetan la city. (...)
Si no estás en los aledaños de un bar, no existes. Porque si hay algo en lo que coinciden las gentes de esta ciudad hiperpolarizada es el culto al bar. (...) El juego de la oca se divide en dos tableros: intramuros y extramuros. La antigua muralla delimita mentalmente el casco histórico cual Manhattan patrio. Al otro lado, Brooklyn (Triana) y otras islitas (León XIII, Retiro Obrero, Pino Montano) y hasta su propio Staten Island (La Cartuja). (...)
Es hora de mencionar una realidad delicada: aquí, en vez de kale borroka, tenemos calle barroca. Las herriko tabernas sevillanas detentan ambiente cofrade: un horror vacui de imágenes barrocas empapela paredes y techos, vídeos de semana Santa en loop amenizan el televisor, la música de marchas, omnipresente. Dicho queda. (...)
¿Qué hay del sonido de subsuelo en nuestro país? ¿Cómo se combinanlo viejo y lo nuevo? Aquí también hay tendencias glocales, como dirían los expertos. Me voy a lo que tengo más cerca, que para eso soy andaluza: Pony Bravo. (Libre descarga, autoeditado bajo Creative Commons en El Rancho Casa de Discos, su último disco se titula 'Un gramo de fe') Esta banda sevillana a caballo entre el rock andaluz de Silvio Sacramento y Veneno, el blues y distintos desvarios reggae, dub y tecnoafricanos es un claro ejemplo de la buena mezcla. Recomiendo los remixes de canciones populares como el fandango 'Lo más difícil del mundo', antes interpretado por genios como Morente o 'Ninja de fuego', copla archiconocida por estos lares del maestro Manolo Caracol. Y luego escuchar con atención las letras de las iluminadas 'Super Brocker', 'China da miedo'  o 'Pumare-ho!', mi favorita por hablar de mi barrio.  Disfruten, además, de los carteles de Daniel Alonso (Más que fan de su trabajo):

Y ya para terminar, el rara avis favorito de mi ciudad. Orthodox, doom metal con percusión y vientos con tintes cofrades, si es que se les puede definir y que, por cierto, tocan este viernes en Dos Hermana, en Sevilla y ya están confirmados en el Primavera Sound.



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