12 de marzo de 2010

Confidencias en el palomar


Es curioso como muchas veces las personas que tienes cerca demuestran conocerte mejor que ti mismo. Esta semana me recomendaron el disco de Nacho Umbert, "Ay..." (Acuarela, 2010). Por aquello de las cosas generacionales, no tuvo la suerte de poder escuchar Paperhouse en el momento en sacó sus eps y "Adiós", el disco que muchos han señalado como el primer acercamiento de una banda estatal al llamado slowcore. Como no, ese debut discográfico, de lo mejorcito del indie patrio de los noventa, también fue editado por Acuarela. Y yo lo escuché ya años atrás con esa especie de romanticismo del que escucha tarde las cosas que hubiera deseado vivir en primera persona.

Por eso, ahora que está recién editado este "Ay...", un suspiro profundo y alentador del líder de los desaparecidos Paperhouse, me he dedicado a escucharlo con mimo, con cuidado. Desgranando cada una de las historias cotidianas que retrata Nacho. Emocionada con que, por primera vez en mucho tiempo, las canciones no traten de depresiones, rupturas y soledad. La nostalgia se hace amiga de lo pequeño, lo insustancial, lo que los ojos ven cuando uno se para un momento y comienza a observar lo que ocurre a su alrededor. Y me alegra de que se sigan editando discos de este tipo, de esos en los que lo que importan son las canciones por encima de todo. Nacho Umbert y la Compañía como se hacen llamar, es música hecha en equipo, basada en la complicidad, canciones hechas con el corazón, sin pretensiones, pero con toda la esperanza y las ganas del mundo. No importan los estribillos, ni los hits ni los singles...

Otro disco producido por Raül Fernández de Refree, que parece haberse convertido en los últimos años en la persona de confianza de todo aquel que quiera hacer pop sencillo e íntimo en nuestras fronteras ( En este caso, los arreglos son más precisos y elegantes...sin caer en la orfebrería musical recargada de otros trabajos de estudio) . Temas grabados con la base de una guitarra española tocada sin miedo y engalanada con arreglos preciosistas: pianos, vientos colocados con un gusto exquisito y esas cuerdas (violines y cellos) que les proporcionan más lirismo si cabe. Con unas letras centradas en las microhistorias, en héroes y antihéroes.

"Ay...", es la cura ideal para los que están sometidos diariamente a la vorágine de los atascos, de coger varios autobuses y trenes, de comer en apenas 10 minutos, de trabajar horas y horas sin casi pararse a pensar. El disco para los que quieren mirar por la ventana del cercanías y aprovechar aunque sea media hora del día en dedicarse a uno mismo.


Colorete y quitasueños

Niño marica
solían llamarte las ratas del pueblo
mierda de infancia
esquivando pedradas
paletos, animales....

Fin de semana
se encienden las luces, se acaba la farsa
se viste de negro
tacones y plumas
coloretes y quitasueños

noches de colores,
de secretos en los baños
apareces cada viernes
puntual como el reloj
en la divina, reputada
discoteca, clandestina

Te hablan, te miran, te adoran, susurran que te quieren
ladrones, princesas, payasos, macarras, modernas y actores tan guapos.

Te va, te va, te va la noche y el compás de las miradas
Te va, te va, te va la noche en el fragor de la batalla
te va, te va, te va comprar en las boutiques de temporada
te va, te va, te va la fiesta y no dormir nunca en tu cama


2 comentarios:

juanra dijo...

bonito, bonito, bonito, bonito disco ...

saludetes desde el norte ;)

jon dijo...

magnifico disco cierto.