19 de octubre de 2009

¿La última leyenda del rock?







Desde que Nirvana editara Bleach han pasado 20 años. En sus primeros meses de historia, Sup pop-el sello que apostó por ellos- tan sólo vendió 300 copias. Una década después sus ventas prácticamente sufragaron la consagración de la discográfica independiente. De Bleach se han escuchado todo tipo de opiniones. Para muchos es el resumen del sonido del underground de los 80. Fue un disco arriesgado, alejado de los presupuestos comerciales de la época. De hecho, yo me atrevería a afirmar que se atisba una sensibilidad pop que, poco a poco,Cobain fue sacando a relucir. Pero, sobre todo, fue un trabajo tan prematuro que no suena a los Nirvana de masas.

Dice Keith Cameron en un reportaje publicado la semana pasada en el EP3 que, en aquellos días, los integrantes de la banda eran unos adolescentes nerviosos y de aspecto dispar. Un aspecto que les cerró las puertas durante meses en la amplia escena punk del Seatle de finales de los 80. Por ejemplo, el bigote del primer batería tenía unas connotaciones de macho mal vistas por la movida rock de la ciudad.

Ahora se reedita la versión remasterizada del disco. En concreto saldrá a la venta el próximo 3 de noviembre. Por eso, revistas, blogs y demás publicaciones se empeñan en catalogar un álbum que, desde mi punto de vista, no ha envejecido bien. Muestra unas canciones repetitivas y poco maduras. Algo lógico, ya que se grabó con 600 dólares y con los medios de la época. Sin embargo, Endino responsable de la grabación dice sentirse satisfecho. Iggy Pop, por ejemplo, ha declarado que éste es su disco favorito de Nirvana.

A pesar de todo, incluso de mi opinión personal, Bleach supone un ejercicio de revisión de la historia del rock. Si se piensa que después del rock, el blues, el pop, el folk, los distintos estilos de la electrónica o el hip hop ya no quedaban estilos por inventar, Nirvana inventó su propio género. Bleach es el germen de toda una generación de músicos que quisieron recuperar la autenticidad de la música y alejarse de las imposiciones comerciales de un modelo agotado por el colorín de los 80. Echaron la vista atrás y en sus canciones recuperaron el trabajo de bandas como Black Sabbath o Led Zeppelin.

Cuentan que los cortes de de este disco se repitieron de manera machacona en las estaciones de radio universitarias de EEUU. Ahora el disco que avergonzaba a Kurt Cobain se convierte en objeto de culto de millones de fans. Y para muchos, ya es el mejor. Debates a parte, una cosa para pensarse si comprar esta reedición, es ser consciente de que es una pieza fundamental del rock del siglo XX.




1 comentario:

Mrs Jones dijo...

Pero remasterizar este disco es un poco como quitarle su encanto, ¿no?