23 de julio de 2014

Mis 10 años de Nueva Vulcano y muchos veranos por solucionar


Foto de 'Hasta la Boya y volver', el libro de fotos de Alberto Polo que documenta los diez años de Nueva Vulcano. 

Puede que Nueva Vulcano sea uno de mis grupos favoritos y este año, justo cuando han vuelto a los escenarios y han sacado un precioso 7" con un libro de fotos fetén, cumplen diez años en activo. Mucho ha llovido desde ese 'Principal Primera' que tuve la oportunidad de escuchar en directo en un sótano de la ya extinta discoteca Wall Street de La Buhaira sevillana. Ese concierto, como otros tantos y cada cual en sitios más insospechados (hasta una lonja de pescado en la avenida Rocío Jurado de Chipiona), fue especial. No sólo por lo insólito del lugar, se iba la luz cada dos por tres y había hasta chisporrotazos, sino por los que nos juntamos allí que, sin saberlo, luego seríamos amigos, colegas o compañeros de conciertos míticos.

Sería 2004 o 2005, los teloneaban los jerezanos Shake Before Use, que en aquel momento eran maqueteros, maqueteros, pero que ya hacían gala de que Jerez de la Frontera es, sin duda, el reducto del hardcore al sur de Despeñaperros. Si 'Quiromancia' nos hacía vibrar, cuando sonaban los primeros acordes  de 'La venda negra' el local se venía abajo. Y eso que seríamos 40. No sé si ese concierto lo propició Antonio Soto, supongo que sí. En aquel momento el llamado Colectivo Deriva organizaba conciertazos en la ciudad. Gracias a ellos, los más pequeños (esos años éramos pequeños, sí) pudimos disfrutar de cosas bastante difíciles de ver en Sevilla.

Foto del concierto en el Holandés errante de Sevilla en marzo de 2010

Durante mucho tiempo era la niña que estaba en el concierto de los Nueva de la Wall Street para los chicos asiduos a los conciertos. Durante los siguientes meses, mis colegas se dedicaron a comprarse los All Stars negras enteras (puntera, lona y goma de la suela) que llevaba ese día Artur Estrada. De eso en las tiendas de Deportes de aquí no había. Todos querían ser Artur, tocar con esos movimiento espasmódicos y dar con frases inteligentes que contenían la misma dosis de sensibilidad que de brutalidad. Cualquier sensiblonería en las canciones de Nueva Vulcano se tornaban importantes, "míticas como tú necesidad de enfado", que canta Artur después en 'Sagrada Familia' de 'Juego Entrópico'.



En 'Los peces de colores' su sonido cambió, sus letras eran más simples, todo era más pop, más abierto y luminoso. Quizás se habían hecho mayores, habían crecido en catalán como explican en 'Esto no es París' y el nuevo siglo les pedía luz e hijos, como cuentan en 'Amor Moderno' precisamente de este último disco. Aún así han sido 10 años íntegros, siempre tocando en los sitios en los que querían tocar, siendo amables, cayendo muy bien a sus seguidores, manteniendo una relación prácticamente de intimidad con ellos; cuidándolos, creando escena en definitiva. Una escena independiente en mayúsculas en la que el amateurismo, la convicción, el compromiso ético y estético y el amor por la música han primado por encima de todo. Por eso, me gusta tanto lo que hacen. Por eso, me gusta que cumplan años. ¡Felicidades! 

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